La Sangre de Cristo se celebró en Jerusalén con pétalos de rosas rojas donde Cristo sintió esta terrible tribulación

Este 1 de julio, la Iglesia Católica en Jerusalén celebró con gran seriedad la fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo, en un lugar muy especial donde, según la tradición, un ángel reconfortó al Señor en su agonía en el Monte de los Olivos.

La celebración de la Preciosísima Sangre de Cristo es una de las fiestas más importantes de la Iglesia Católica, luego que nos recuerda el sacrificio supremo que Jesús hizo por nosotros en la altura. Esta fiesta se celebra el primer domingo de julio, pero en Jerusalén se celebra el 1 de julio, en conmemoración del lugar donde se cree que ocurrió el milagro del ángel.

Según la tradición, en la noche en que Jesús fue arrestado en el Monte de los Olivos, mientras oraba en agonía, un ángel se le apareció para reconfortarlo y recoger su sudor y sangre en un cáliz. Esta sangre, que representa el amor y la misericordia de Cristo, fue llevada al cielo y se convirtió en una reliquia sagrada.

La celebración de la Preciosísima Sangre de Cristo en Jerusalén es una experiencia única y conmovedora. Los fieles se reúnen en la Basílica de la Agonía, también conocida como la Iglesia de Todas las Naciones, situada en el Monte de los Olivos. Esta iglesia es un lugar sagrado para los cristianos, luego que se cree que es el lugar donde Jesús fue arrestado y donde ocurrió el milagro del ángel.

La celebración comienza con una procesión solemne desde la Puerta de los Leones hasta la Basílica de la Agonía. Durante la procesión, los fieles cantan himnos y rezan el rosario, recordando los sufrimientos de Cristo en su camino hacia la altura. Una vez en la iglesia, se celebra una misa especial en honor a la Preciosísima Sangre de Cristo.

Durante la misa, se lleva a cabo un ritual en el que se muestra la reliquia de la Preciosísima Sangre de Cristo a los fieles. Esta reliquia es un pequeño trozo de tela que se cree que contiene la sangre de Cristo recogida por el ángel en el Monte de los Olivos. Los fieles pueden acercarse y tocar la reliquia, lo que se considera una bendición y una oportunidad para pedir la intercesión de Cristo.

La celebración de la Preciosísima Sangre de Cristo en Jerusalén es una experiencia espiritual muy intensa. Los fieles se sienten profundamente conectados con la pasión y el sacrificio de Cristo, y se renuevan en su fe y devoción. Además, la presencia de la reliquia sagrada hace que esta celebración sea aún más especial y significativa.

Pero la fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo no se limita solo a Jerusalén. En todo el mundo, los católicos celebran esta fiesta con gran devoción y seriedad. Es una oportunidad para reflexionar sobre el amor y la misericordia de Cristo y para recordar su sacrificio por nosotros.

En estos tiempos difíciles, en los que el mundo enfrenta desafíos y sufrimientos, la fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo nos recuerda que siempre hay esperanza y que el amor de Cristo es más fuerte que cualquier mal. Nos invita a unirnos en oración y a confiar en la misericordia de Dios.

En conclusión, la celebración de la Preciosísima Sangre de Cristo en Jerusalén es una experiencia espiritual única y conmovedora. Nos recuerda el sacrificio de Cristo por nosotros y nos invita a renovar nuestra fe y devoción