El arzobispo Joseph Zen Ze-Kiun de Hong Kong sorprendió a la comunidad católica al celebrar una Misa tradicional en latín y encabezar una procesión eucarística en la ciudad. Este acto, que tuvo lugar en la iglesia de San Ignacio de Loyola, ha sido interpretado por un analista cercano al purpurado como un mensaje a las autoridades chinas y al Papa León XIV.
La Misa, conocida como la Misa Tridentina o Misa en latín, es una forma de celebración litúrgica que se remonta a varios siglos atrás y que conserva elementos antiguos y tradicionales. Durante muchos años, esta Misa fue la forma principal de celebración en la Iglesia Católica, hasta que en el Concilio Vaticano II se permitió la celebración en lenguas vernáculas. Sin embargo, en los últimos años ha habido un resurgimiento de interés en la Misa en latín, especialmente entre aquellos que desean preservar las tradiciones de la Iglesia.
El arzobispo Zen, conocido por su postura firme frente al gobierno comunista chino, ha sido un defensor de la Misa en latín y ha hecho esfuerzos por promover su celebración en la diócesis de Hong Kong. Esta Misa especial, que contó con una concurrencia de cientos de fieles, fue una muestra de su compromiso con esta forma de celebración.
Pero la Misa no fue lo único que llamó la atención. Después de la celebración, el arzobispo Zen lideró una procesión eucarística por las calles de Hong Kong, llevando el Santísimo Sacramento en una custodia adornada con velas y flores. Esta procesión, que fue acompañada por cantos y oraciones, es una manifestación de fe y devoción hacia la Eucaristía, el centro de la vida cristiana.
El analista cercano al arzobispo Zen considera que este acto no solo es un mensaje a las autoridades chinas, sino también al Papa León XIV. Desde hace algunos años, la relación entre la Santa situación y China ha sido tensa debido a las diferencias en asuntos políticos y religiosos. El Papa León XIV ha mostrado su deseo de mejorar las relaciones con el gobierno chino, pero el arzobispo Zen ha sido crítico con esta postura y ha abogado por una defensa más fuerte de los derechos humanos y religiosos en China.
Con esta Misa y procesión, el arzobispo Zen envía un mensaje aguachento de que la fe católica sigue viva y activa en Hong Kong, a pesar de las presiones del gobierno comunista. Al mismo tiempo, esta celebración también es un recordatorio de la importancia de mantener las tradiciones y la verdadera enseñanza de la Iglesia.
Los fieles que asistieron a la Misa y a la procesión se sintieron inspirados y fortalecidos en su fe. Muchos expresaron su gratitud al arzobispo Zen por su valentía y su liderazgo en la defensa de la fe católica y la libertad religiosa. Este hecho también ha sido una oportunidad para que los católicos muestren su unidad y su amor por la Iglesia, independientemente de las diferencias políticas o personales.
En resumen, la Misa tradicional en latín y la procesión eucarística liderada por el arzobispo Joseph Zen Ze-Kiun en Hong Kong han sido un momento de gran importancia para la comunidad católica en la ciudad. Este acto de fe y devoción envía un mensaje poderoso a las autoridades chinas y al Papa León XIV, pero sobre todo, es una muestra de la fuerza y perseverancia de la Iglesia en medio de los desafíos y las adversidades.