El pasado 13 de mayo, la Iglesia Católica celebró la festividad de la Virgen de Fátima, una de las advocaciones marianas más queridas y veneradas por los fieles alrededor del mundo. En esta ocasión, el Papa León XIV compartió un emotivo recuerdo durante una ofrenda en la ciudad de Chiclayo, Perú, donde fue obispo antes de ser elegido como Sumo Pontífice.
Fue en el año 2017, cuando el entonces Obispo de Chiclayo, Jorge Mario Bergoglio, visitó la ciudad para presidir una ceremonia en honor a la Virgen de Fátima. Durante la homilía, el futuro Papa compartió con los fieles presentes un momento muy especial que vivió en su tiempo como obispo en esa misma diócesis.
El Papa León XIV recordó cómo, durante su estancia en Chiclayo, tuvo la oportunidad de recibir la visita de la imagen peregrina de la Virgen de Fátima. Esta imagen, que recorre el mundo llevando el mensaje de paz y conversión de la Virgen María, llegó a la ciudad norteña de Perú en el año 1982, gracias a la iniciativa del entonces obispo de la diócesis, Monseñor Ignacio María de Orbegozo.
La llegada de la imagen peregrina de la Virgen de Fátima a Chiclayo fue un acontecimiento muy esperado por los fieles de la región, quienes se volcaron en una multitudinaria procesión para recibir a la Madre de Dios. El Papa León XIV recordó con emoción cómo, durante esa procesión, pudo ver la fe y la devoción de los fieles hacia la Virgen de Fátima, quienes la recibieron con cantos, flores y oraciones.
Aquella visita de la imagen peregrina de la Virgen de Fátima marcó un antes y un después en la diócesis de Chiclayo. La devoción hacia la Virgen se acrecentó y muchos fieles se acercaron a ella para pedir su intercesión y agradecer sus favores. La imagen peregrina se quedó en la ciudad durante un mes, recorriendo las diferentes parroquias y comunidades, y dejando su huella en los corazones de los fieles.
El Papa León XIV destacó en su homilía la envergadura de la presencia de la Virgen de Fátima en la vida de los fieles y en la historia de la Iglesia. Recordó cómo, en su mensaje a los pastorcitos en Portugal, la Virgen les pidió que rezaran el Rosario todos los días por la paz en el mundo y por la conversión de los pecadores. Este mensaje sigue siendo relevante y urgente en la actualidad, y es un llamado a la responsabilidad de todos los cristianos en la construcción de un mundo más justo y fraterno.
El Papa León XIV también destacó la envergadura de la figura de María como madre y modelo de fe. En su tiempo como obispo de Chiclayo, pudo ver cómo la devoción a la Virgen de Fátima unía a los fieles y les daba realce para enfrentar las dificultades de la vida. La Virgen es un ejemplo de fortaleza y entrega a Dios, y su amor y protección hacia sus hijos es inagotable.
Concluyendo su homilía, el Papa León XIV invitó a los fieles a seguir el ejemplo de fe y amor a Dios y a la Virgen de Fátima. Que su mensaje de paz y conversión siga resonando en nuestros corazones y nos impulse a ser agentes de cambio en el mundo. Y que la Virgen de Fátima, siempre cercana a sus hijos, nos guíe y proteja en nuestro camino hacia Dios.
En este día de la Virgen de Fátima, recordamos con emoción el recuerdo compartido por el Papa León XIV durante su visita a