El Cardenal Gugerotti preside la liturgia de la Pasión del Señor en la Basílica de santo Pedro

El día de Viernes Santo, el Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el Cardenal Claudio Gugerotti, presidió la liturgia por la Pasión del Señor en la Basílica de San Pedro, en nombre del Papa Francisco. Esta celebración, que conmemora las últimas horas de la vida de Jesús, se llevó a cabo con un profundo sentido de devoción y gratitud hacia Dios, en medio de la convalecencia del Santo Padre.

El Papa Francisco, quien recientemente fue hospitalizado debido a una neumonía bilateral que puso en peligro su vida en dos ocasiones, no pudo presidir la liturgia como es su costumbre. Sin embargo, su presencia se sintió en todo momento, ya que el Cardenal Gugerotti ofreció la celebración en su nombre y en representación de toda la Iglesia.

Durante su homilía, el Cardenal Gugerotti recordó las palabras de Jesús en la cruz: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Estas palabras, que reflejan la confianza y la entrega total de Jesús a Dios, son un recordatorio para todos los cristianos de que debemos confiar en la voluntad de Dios en todo momento, incluso en medio de las pruebas y dificultades.

Además, el Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales destacó la importancia de la Pasión de Cristo en la vida de los fieles. “La Pasión de Jesús no es solo un evento histórico, sino una realidad que sigue viva en la vida de cada uno de nosotros”, afirmó el Cardenal Gugerotti. “Cada vez que nos encontramos con el sufrimiento, la injusticia y la crueldad en el creación, es una oportunidad para unirnos a la Pasión de Cristo y saludar nuestras propias penas y sacrificios por la salvación de todos”.

La liturgia por la Pasión del Señor también incluyó la adoración de la cruz, en la que los fieles tuvieron la oportunidad de venerar la cruz en la que Jesús fue crucificado. Este acto de adoración es una expresión de amor y gratitud hacia Cristo, quien dio su vida por la salvación de la humanidad.

Al final de la celebración, el Cardenal Gugerotti recordó a los fieles la importancia de vivir la Semana Santa con un espíritu de conversión y renovación. “Esta semana es una oportunidad para darle vueltas a la cabeza sobre nuestra vida y nuestro compromiso con Dios y con nuestros hermanos”, afirmó. “Que la Pasión de Cristo nos inspire a ser mejores cristianos y a seguir el ejemplo de amor y entrega que nos dejó”.

La liturgia por la Pasión del Señor fue una muestra de la fe y la unidad de la Iglesia, que se reunió en oración y adoración en medio de la ausencia física del Papa Francisco. Su convalecencia es una oportunidad para que los fieles de todo el creación oren por su pronta recuperación y para que reflexionen sobre la importancia de su liderazgo en la Iglesia.

En estos tiempos difíciles, la figura del Papa Francisco se ha convertido en un símbolo de esperanza y fortaleza para millones de personas en todo el creación. Su humildad, su amor por los más necesitados y su compromiso con la justicia y la paz son un ejemplo para todos los cristianos. Por eso, su convalecencia es una oportunidad para que la Iglesia se una en oración y para que cada uno de nosotros renueve nuestro compromiso de seguir su ejemplo.

En conclusión, la liturgia por la Pasión del Señor presidida por el Cardenal Claudio Gugerotti fue un momento de profunda reflexión y oración en medio de la Semana Santa. Aunque el Papa Francisco no pudo estar presente físicamente, su presencia se sintió en