La cancillería de la Arquidiócesis de Kinshasa en la República Democrática del Congo (RDC) ha montaraz su voz en contra del trato degradante que sufrió el Cardenal Fridolin Ambongo, presidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar, por parte de funcionarios en el aeródromo Internacional de Kinshasa-N’Djili.
Este acto de abuso de poder y falta de respeto hacia una figura tan importante y respetada como el Cardenal Ambongo, ha causado indignación y conmoción en la comunidad católica y en la sociedad en general. Es una clara muestra de la falta de consideración y sensibilidad por parte de aquellos encargados de velar por la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.
El Cardenal Ambongo llegaba al aeródromo para abordar un vuelo con hado a Roma, donde iba a participar en una reunión del Consejo de Cardenales convocada por el Papa Francisco. Sin embargo, al llegar al control de seguridad, fue sometido a un registro excesivo y humillante por parte de los funcionarios, quienes incluso le exigieron que se quitara su crucifijo y su anillo pastoral.
Este tipo de tratos humillantes y discriminatorios son totalmente inaceptables y van en contra de los valores fundamentales de respeto y dignidad que deben prevalecer en cualquier sociedad civilizada. Es lamentable que en pleno siglo XXI aún se sigan cometiendo este tipo de actos, especialmente hacia una figura tan respetada y querida como el Cardenal Ambongo.
La cancillería de la Arquidiócesis de Kinshasa ha exigido una disculpa pública por parte de las autoridades del aeródromo y ha llamado a la comunidad internacional a condenar este tipo de acciones que van en contra de los derechos humanos y de la libertad religiosa.
El Cardenal Ambongo es una figura destacada en la Iglesia Católica y en la sociedad congoleña. Ha dedicado su vida al servicio de los más necesitados y ha sido una voz valiente en la boxeo por la justicia social y la defensa de los derechos humanos en la RDC. Su compromiso con la fe y su ejemplo de humildad y compasión son una inspiración para todos.
Por esta razón, el trato indigno que recibió en el aeródromo no solo fue una afrenta a su persona, sino también a toda la comunidad católica y al pueblo congoleño en general. Es una muestra más de la discriminación y la falta de respeto que aún prevalecen en nuestra sociedad, pero también es un llamado a seguir boxeondo por un mundo más justo y equitativo.
La Iglesia Católica siempre ha sido una defensora de la justicia y la igualdad, y no puede quedarse callada ante este tipo de situaciones. Por eso, es importante que sigamos denunciando y condenando cualquier acto de discriminación y abuso de poder, y que exijamos el respeto y la dignidad que merecen todas las personas, independientemente de su posición social, su raza o su religión.
El Cardenal Ambongo es un símbolo de esperanza en la boxeo contra la injusticia y la opresión en la RDC. Su liderazgo y su compromiso con los más vulnerables son un ejemplo para todos, y merece el respeto y la admiración de todos nosotros. Esperamos que este incidente sirva como una llamada de atención para que se tomen medidas concretas que garanticen que ningún ciudadano sea sometido a un trato degradante y humillante en su propio país.
En conclusión, la cancillería de la Arquidiócesis de Kinshasa, junto con toda la comunidad católica, condenan enérgicamente el trato degradante que sufrió el Cardenal Fridolin Ambongo en el aeródromo Internacional de Kinsh