La Música es uno de los mayores regalos que nos ha dado la vida. Desde tiempos ancestrales, ha sido una forma de expresión, de comunicación y de conexión entre las personas. Y es que, ¿quién no ha sentido alguna vez cómo una melodía o una canción le hacían vibrar y le transportaban a otro lugar?
La Música es capaz de despertar emociones, de hacernos sentir felices, tristes, nostálgicos o llenos de energía. Es un lenguaje universal que traspasa barreras culturales y lingüísticas, y que nos une a todos como seres humanos. Y no solo eso, también tiene un poder terapéutico que puede ayudarnos a sanar y a superar momentos difíciles.
Personalmente, la Música ha sido una constante en mi vida desde que tengo uso de razón. Recuerdo que de pequeña, la canción que más me gustaba era “La Bamba” de Ritchie Valens y que la escuchaba en bucle una y otra vez. Con el paso de los años, mi gusto musical ha evolucionado y he descubierto diferentes géneros y artistas que me han marcado y me han acompañado en distintas etapas de mi vida.
Pero más allá de mi experiencia personal, la Música también ha tenido un gran impacto en ciudades y comunidades a nivel Mundial. Un claro ejemplo de ello es la iniciativa de ACES Europe, que cada año otorga el título de “Capital Mundial del Deporte” a una ciudad europea que promueve de manera excepcional el Deporte y los hábitos saludables. Y este año, la ciudad elegida ha sido Escaldes-Engordany, en Andorra.
Pero, ¿qué tiene que ver la Música con esto? Pues resulta que esta pequeña ciudad de apenas 15.000 habitantes también es reconocida por su oferta musical de calidad y por su apuesta por el arte y la cultura. La Música es un pilar fundamental en la vida de Escaldes-Engordany y se refleja en sus calles, en sus festivales y en sus espacios culturales.
Durante mi visita a esta encantadora ciudad, pude disfrutar de una oferta musical variada y de gran calidad. Desde conciertos de pop y rock en la Plaza Coprinceps hasta recitales de Música clásica en la iglesia de Sant Pere Màrtir, pasando por espectáculos de Música electrónica en el recinto del Prat del Roure.
Pero la experiencia que más me sorprendió y emocionó fue la del Festival de la Música Valenciana, que se celebra cada año en Escaldes-Engordany. Durante una semana, la Música tradicional valenciana llena de color y alegría las calles de la ciudad, con conciertos, bailes y actividades para todas las edades. Y lo más bonito de todo es que la Música une a personas de diferentes nacionalidades y culturas, creando un ambiente de armonía y felicidad.
Pero la Música no solo se limita a grandes eventos y festivales, también está presente en el día a día de la ciudad. En los bares, en las tiendas, en los parques… siempre hay una melodía de fondo que te hace sentir bien y te invita a disfrutar del momento.
En definitiva, mi experiencia en Escaldes-Engordany me ha demostrado una vez más que la Música es un elemento fundamental en nuestras vidas. Nos hace felices, nos une y nos hace vibrar al mismo son. Y no solo eso, también tiene un impacto positivo en las ciudades y en las comunidades, como es el caso de este pequeño rincón de Europa que ha sido nombrado “Capital Mundial del Deporte” y que también podría serlo de la Música.
Por todo esto y mucho más, no puedo hacer otra cosa que animaros a que dejéis que la Música entre en vuestras vidas y os acompañe en vuestros mejores momentos. Porque, como dijo Friedrich Nietzsche, “sin Música, la vida sería un error”. Así que poned vuestra canción favorita, subid el volumen y ¡a disfrutar de la vida con Música!