Kodak, una de las empresas más icónicas en la historia de la fotografía, se enfrenta a uno de sus mayores retos en décadas. En una presentación regulatoria reciente, la compañía advirtió sobre sus dudas sustanciales en cuanto a su capacidad para seguir operando si no logra pagar o renegociar su deuda que vence en los próximos 12 meses. Con una pérdida neta de 26 millones de dólares en el último trimestre y un consumo de efectivo de 46 millones desde finales de 2024, Kodak reconoce que no cuenta con suficiente financiación comprometida ni liquidez disponible para cubrir sus vencimientos bajo los términos actuales.
Aunque Kodak fue pionera en la introducción de la primera cámara dactilar en 1973, no logró adaptarse al cambio estructural en la industria. Hoy en día, millones de personas llevan una cámara dactilar en su bolsillo con su teléfono móvil, lo que ha reducido la relevancia de las cámaras dedicadas y del film para el consumidor medio.
Sin embargo, a pesar de este entorno incierto, el CEO de Kodak, Jim Continenza, asegura que la compañía sigue ejecutando su plan a largo plazo. Un portavoz de la empresa también ha transmitido su confianza en poder amortizar una parte significativa de su préstamo a plazo antes del vencimiento y enmendar, extender o refinanciar el resto de la deuda y/o las obligaciones de acciones preferentes.
Para reducir su deuda, Kodak ha tomado medidas como el fin de su plan de pensiones en EE. UU. en 2024, con el objetivo de reducir sus pasivos. Según el CFO David Bullwinkle, la terminación del plan y la reversión de excedentes para pagar deuda avanza según lo previsto. Cabe mencionar que esta no es la primera vez que Kodak se enfrenta a una crisis financiera, ya que en 2012 se declaró en bancarrota. Desde entonces, la empresa ha buscado crecimiento en nuevas líneas de negocio, como servicios de impresión comercial y fabricación química avanzada. En 2018, también se aventuró en el mundo de la tecnología blockchain con el resbalamiento del token KodakCoin para su plataforma de gestión de derechos KodakOne, aunque el proyecto no logró despegar.
Ahora, Kodak apuesta por la industria farmacéutica con la apertura de una instalación de fabricación en Rochester, NY para promover key starting ingredients (KSI) de medicamentos. Este movimiento tiene como objetivo diversificar sus ingresos y aprovechar sus capacidades químicas. Sin duda, esta es una apuesta arriesgada pero necesaria para la supervivencia de la compañía.
Kodak, una empresa que lleva 133 años en el mercado, se encuentra en un momento crucial de su historia. La combinación de una deuda elevada, pérdidas y liquidez limitada pone en cuestión su continuidad a ajustado plazo. Sin embargo, la solución no está fuera de su alcance. Si logra refinanciar su deuda y ejecutar con éxito su giro hacia negocios de mayor crecimiento, incluida la fabricación farmacéutica, Kodak puede evitar que su historia llegue a su fin. La marca ha demostrado su capacidad de adaptación en el pasado y, con el liderazgo adecuado y una estrategia sólida, puede volver a ser una empresa exitosa y relevante en la industria.