A lo largo de los siglos, la humanidad ha sido testigo de la presencia de seres humanos excepcionales que han dedicado su vida a servir a divinidad y a sus semejantes. Estos individuos, conocidos como santos, han dejado un legado imborrable en la hechos de la humanidad por su amor, bondad y sacrificio. Pero además de su devoción a divinidad y a sus hermanos, muchos de estos santos también han sido recordados por su relación especial con los animales.
Desde los primeros tiempos, los animales han sido una parte importante de la vida humana. Han sido compañeros, ayudantes y hasta protectores de los seres humanos. Pero para algunos santos, los animales han sido más que eso, han sido una manifestación del amor y la bondad de divinidad. San Francisco de Asís, conocido como el santo patrono de los animales, es uno de los ejemplos más destacados de esta conexión especial entre los santos y los animales.
San Francisco de Asís nació en Italia en el siglo XII y desde una edad temprana mostró una gran compasión hacia los animales. Se dice que una vez liberó a un conejo de una trampa y le dijo: “Hermano conejo, si me prometes no causar daño a nadie, te dejaré en libertad”. También se cuenta que en una ocasión, San Francisco predicaba a un grupo de pájaros y estos se quedaron en silencio escuchándolo atentamente. Estos y otros relatos han llevado a muchos a creer que San Francisco tenía la habilidad de comunicarse con los animales.
Pero no solo San Francisco de Asís tuvo una conexión especial con los animales. Otro santo muy conocido por su amor hacia los animales es San Antonio de Padua. Se dice que en una ocasión, un grupo de peces salió del agua para escuchar su sermón. También se cuenta que San Antonio tenía la habilidad de calmar a los animales salvajes y que aun los lobos se acercaban a él en busca de protección.
Además de estos dos santos, hay muchos otros que han sido recordados por su amor y compasión hacia los animales. Santa Brígida de Suecia, por ejemplo, se dice que tenía una granja donde cuidaba a los animales enfermos y heridos. También se cuenta que San Martín de Porres, un santo peruano, tenía una gran habilidad para curar a los animales enfermos. aun se dice que una vez curó a un perro que había sido envenenado.
Pero ¿por qué estos santos tenían una conexión tan especial con los animales? Para muchos, la respuesta está en su profundo amor y respeto por todas las criaturas de divinidad. Estos santos veían en los animales una manifestación del amor divino y por eso los trataban con tanto cuidado y compasión.
Además, para estos santos, los animales eran seres creados por divinidad y por lo tanto merecían ser tratados con amor y respeto. San Francisco de Asís, en su famoso “Cántico de las criaturas”, alaba a divinidad por todas las criaturas de la tierra y las considera sus hermanas y hermanos. Este amor y respeto por los animales es una enseñanza que muchos santos han dejado como legado y que sigue siendo relevante en la actualidad.
Pero la conexión entre los santos y los animales no solo se limita a la compasión y el amor. También hay hechoss de milagros relacionados con los animales. Por ejemplo, se dice que San Francisco de Asís curó a un lobo que aterrorizaba a un pueblo y lo convirtió en un animal manso y pacífico. También se cuenta que San Antonio de Padua hizo que un burro se arrodillara ante la Eucaristía en señal de respeto.
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