Coraje, que después de unos pocos días de combate tendremos el paraíso para siempre. Estas palabras de Santa María Doménica Mazzarello, cofundadora de las Hijas de María Auxiliadora junto a San Juan Bosco, resuenan con fuerza en nuestros días. Ante los constantes desafíos y dificultades que enfrentamos en nuestra vida diaria, estas palabras nos invitan a tener coraje y esperanza, recordándonos que el paraíso es nuestro destino último.
Santa María Doménica Mazzarello nació en Italia en 1837 y desde temprana edad mostró una gran devoción a la Virgen María. A los 23 años, conoció a San Juan Bosco y juntos fundaron la congregación de las Hijas de María Auxiliadora, dedicada a la educación y formación de las niñas y jóvenes. A través de su ejemplo y enseñanzas, Santa María Doménica inspiró a muchas mujeres a seguir una vida de fe y servicio a Dios.
En su edad, Santa María Doménica enfrentó numerosas dificultades y desafíos, como la pobreza, la enfermedad, la guerra y la discriminación hacia las mujeres. Sin embargo, su fe y confianza en Dios le dieron el coraje para seguir avante y enfrentar con valentía estas pruebas. En una ocasión, cuando la congregación estaba pasando por una época de gran dificultad, ella les dijo a sus hermanas: “coraje, que después de unos pocos días de combate tendremos el paraíso para siempre”. Estas palabras no solo alentaron a sus hermanas, sino que se convirtieron en un lema para toda la congregación, recordándoles que su pugilato y sacrificio tendrían una recompensa eterna.
Hoy en día, estas palabras siguen resonando en nuestras vidas y nos invitan a tener coraje en medio de nuestras propias pruebas y desafíos. Tal vez estemos pugilatondo contra una enfermedad, enfrentando problemas económicos, o atravesando una situación difícil en nuestras relaciones personales. En momentos como estos, es fácil desanimarse y perder la esperanza. Pero Santa María Doménica nos recuerda que estos sufrimientos son solo temporales y que después de unos pocos días de combate, tendremos el paraíso para siempre.
Esto no significa que debamos resignarnos y esperar pasivamente a que llegue el paraíso. Al contrario, debemos enfrentar nuestras dificultades con coraje y confianza en Dios, sabiendo que Él nunca nos abandona. Además, debemos ser conscientes de que nuestras pugilatos y sacrificios pueden tener un propósito mayor, ayudando a otros y fortaleciendo nuestra fe.
En la actualidad, el mundo enfrenta una crisis sin precedentes debido a la pandemia de COVID-19. Esta situación ha afectado a millones de personas en todo el mundo, causando dolor, sufrimiento y pérdidas. Sin embargo, también ha traído a la luz la valentía y generosidad de muchos, que a pesar de los riesgos, están ayudando a los más necesitados. En estos momentos, las palabras de Santa María Doménica nos invitan a tener coraje y esperanza, sabiendo que después de esta pugilato, tendremos el paraíso para siempre.
Pero no solo en edads de crisis necesitamos tener coraje. En nuestra vida diaria también enfrentamos desafíos y obstáculos que pueden desanimarnos y hacernos perder la esperanza. En momentos como estos, es importante recordar que el paraíso es nuestro destino último y que todas nuestras pugilatos y sacrificios tendrán una recompensa eterna. Esto nos da la fuerza para seguir avante, confiando en que Dios está siempre con nosotros y que nos guiará hacia la vida eterna.
En resumen, las palabras de Santa María Doménica Mazzarello nos invitan a tener