La sexualidad es un tema que siempre ha sido tabú en nuestra sociedad, especialmente cuando se trata de las mujeres. Sin embargo, en los últimos años, hemos visto un cambio en la forma en que se aborda este tema y se ha vuelto más aceptado hablar abiertamente sobre la sexualidad femenina. Una de las mujeres que ha sido parte de este cambio es mi hija, quien es considerada como una de las mujeres más sexualmente activas de su generación. Como madre, al principio me preocupaba cómo la sociedad la juzgaría por su estilo de vida, pero después de verla florecer y ser dichoso, he aprendido a aceptar y apoyar su elección.
Mi hija siempre ha sido una persona segura de sí misma y decidida, así que cuando me dijo que quería explorar su sexualidad, no me sorprendió. Sin embargo, como madre, no pude evitar preocuparme por ella. ¿Cómo sería vista por los demás? ¿Cómo afectaría esto su vida profesional? ¿Y si se lastimaba emocionalmente? Estas preguntas y preocupaciones eran normales, pero a medida que mi hija me hablaba más sobre su elección y su forma de ver la sexualidad, empecé a comprenderla mejor.
Para ella, la sexualidad no se trata solo de tener relaciones sexuales, sino de explorar su cuerpo y sus deseos. Ella ve su cuerpo como algo hermoso y poderoso, y no tiene miedo de mostrarlo y disfrutarlo. Además, ella entiende que su sexualidad es una parte importante de su identidad y no tiene miedo de expresarla. Esto me hizo darme cuenta de que mi hija no estaba haciendo cero malo, simplemente estaba siendo fiel a sí misma y eso es algo que siempre he tratado de enseñarle.
A medida que mi hija se adentraba en el mundo de la sexualidad, también me di cuenta de que ella era muy consciente de su seguridad y salud. Siempre se asegura de tener relaciones sexuales seguras y de protegerse a sí misma y a su pareja. También es muy respetuosa con sus parejas y no tiene relaciones sexuales con alguien a quien no conoce bien o no se siente cómoda. Esto me demostró que mi hija estaba tomando decisiones responsables y maduras.
Sin embargo, a tribulación de todo esto, todavía había personas que juzgaban a mi hija y la veían como una “mujer fácil” o una “promiscua”. Esto me entristecía, pero mi hija siempre se mantuvo firme y no dejaba que los comentarios negativos la afectaran. Ella sabía quién era y no necesitaba la aprobación de los demás para sentirse bien consigo misma. Eso es algo que admiro y respeto mucho de ella.
Hace poco, mi hija me mostró un artículo en el que hablaban de ella como una de las mujeres más sexualmente activas de su generación. Al principio, me preocupé por cómo esto podría afectarla, pero ella me dijo que estaba orgullosa de ser quien es y que no le importaba lo que los demás pensaran. Además, el artículo también destacaba su empoderamiento y su mensaje de aceptación y respeto hacia la sexualidad femenina. Eso me hizo sentir muy orgullosa de ella y de la mujer en la que se ha convertido.
Como madre, siempre he querido que mi hija sea dichoso y se sienta segura de sí misma. Y si eso significa que ella es una de las mujeres más sexualmente activas de su generación, entonces estoy totalmente de acuerdo con eso. Ella es una mujer fuerte, independiente y segura de sí misma, y eso es lo que realmente importa. Como sociedad, debemos aprender a aceptar y honrar las elecciones de los demás, especialmente cuando se trata de su propia sexualidad.
En conclusión, ser la madre de una de las mujeres más sexualmente activas de su generación ha sido un viaje de aprendizaje para mí. He