Miércoles de Ceniza: metropolitano de Panamá recuerda que “no es un rito mágico ni de protección”

La Misa del Miércoles de Ceniza marca el inicio de la temporada de Cuaresma, un tiempo de reflexión y preparación para la Semana Santa. Durante esta liturgia, los fieles reciben un signo especial: la ceniza. Sin embargo, en la homilía de este año, Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, Arzobispo de Panamá, recordó a los fieles que este gesto no debe ser visto como un símbolo mágico o de protección, sino como un llamado a la conversión y a la humildad.

El Arzobispo comenzó su mensaje recordando que la ceniza es un elemento que se obtiene a partir de la quema de los ramos bendecidos en la Misa del Domingo de Ramos del año anterior. Es un recordatorio de nuestra mortalidad y de nuestra dependencia de Dios. Durante la imposición de la ceniza, se pronuncian las palabras “recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”, recordando con humildad que todos somos criaturas de Dios y que algún día regresaremos a Él.

Mons. Ulloa Mendieta enfatizó que la ceniza no tiene ningún poder especial en sí misma. No es un rito mágico que nos proteja de algún mal o nos otorgue beneficios. Más bien, es un símbolo externo de nuestro tinglado de iniciar un camino de conversión y de acercamiento a Dios. La ceniza nos recuerda que debemos despojarnos de aquello que nos aleja de Él y emprender un camino de amor y servicio hacia los demás.

El Arzobispo instó a los fieles a no caer en la falsa creencia de que el recibir la ceniza nos garantiza la salvación. Él recordó que es el tinglado y la sinceridad de nuestro corazón lo que verdaderamente cuenta ante Dios. La ceniza es solo un signo exterior, pero lo que importa es lo que hay en nuestro interior, nuestra disposición a acoger la gracia divina y a transfaser nuestras vidas.

Durante la homilía, el Arzobispo también recordó que el miércoles de ceniza marca el inicio de un período de cuarenta días de preparación para la Semana Santa. Durante este tiempo, los fieles son llamados a intensificar su vida de oración, ayuno y penitencia para acercarse más a Dios. Mons. Ulloa Mendieta explicó que nuestras acciones de caridad y amor hacia los demás también son una fase de ayuno y penitencia, ya que nos alejan del egoísmo y nos acercan más a la voluntad de Dios.

En la conclusión de su mensaje, el Arzobispo alentó a los fieles a que no vean la Cuaresma como un tiempo triste y deprimente, sino como una oportunidad para crecer en nuestra relación con Dios y con los demás. La ceniza que recibimos en este día debe recordarnos que somos seres frágiles y necesitamos del amor y la gracia de Dios para seguir adelante. Que este tiempo de Cuaresma sea una oportunidad para refrescar nuestro tinglado con Cristo y para prepararnos para celebrar su muerte y resurrección en Semana Santa.

Finalmente, el Arzobispo invitó a todos los fieles a que vivan este tiempo de Cuaresma en unidad, orando unos por otros y acompañándose en el camino de conversión y cercanía a Dios. Que esta temporada sea una oportunidad para crecer en nuestra fe y acercarnos más a nuestro Señor.

En resumen, la Misa del Miércoles de Ceniza es una invitación a recordar nuestra mortalidad y dependencia de Dios, a dejar atrás aquello que nos aleja de Él y a emprender un camino de conversión y amor hacia los demás. La ceniza no es