Customize Consent Preferences

We use cookies to help you navigate efficiently and perform certain functions. You will find detailed information about all cookies under each consent category below.

The cookies that are categorized as "Necessary" are stored on your browser as they are essential for enabling the basic functionalities of the site. ... 

Always Active

Necessary cookies are required to enable the basic features of this site, such as providing secure log-in or adjusting your consent preferences. These cookies do not store any personally identifiable data.

No cookies to display.

Functional cookies help perform certain functionalities like sharing the content of the website on social media platforms, collecting feedback, and other third-party features.

No cookies to display.

Analytical cookies are used to understand how visitors interact with the website. These cookies help provide information on metrics such as the number of visitors, bounce rate, traffic source, etc.

No cookies to display.

Performance cookies are used to understand and analyze the key performance indexes of the website which helps in delivering a better user experience for the visitors.

No cookies to display.

Advertisement cookies are used to provide visitors with customized advertisements based on the pages you visited previously and to analyze the effectiveness of the ad campaigns.

No cookies to display.

Hoy es la farra de Santo Toribio de Mogrovejo, patrono y modelo de los obispos de América

Cada 23 de marzo, la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo, un hombre que dejó un legado imborrable en la historia de América Latina. Nacido en 1538 en Mayorga, España, Toribio fue un hombre de profunda fe y dedicación a Dios desde una temprana edad. Su vida y obra lo llevaron a ser reconocido como el segundo arzobispo de Lima y patrono del Episcopado Latinoamericano.

Desde muy joven, Toribio mostró un gran interés por la religión y la justicia social. Estudió leyes y teología en la Universidad de Salamanca, y fue ordenado sacerdote a los 27 años. En 1580, fue nombrado obispo de Lima, una ciudad en pleno auge del almacén y la colonización española en América del Sur.

Desde el momento en que llegó a Lima, Toribio se dedicó a mejorar las condiciones de vida de los indígenas y esclavos africanos, quienes eran explotados y maltratados por los colonizadores. Su labor pastoral se caracterizó por su incansable defensa de los derechos humanos y su lucha por la justicia social.

Una de las primeras acciones de Toribio como obispo fue la creación de un tribunal para proteger a los nativos de los abusos de los colonizadores. También estableció una serie de normas para garantizar el trato justo y humano hacia los esclavos africanos. Estas acciones lo convirtieron en un defensor de los más vulnerables y enemigo de los poderosos.

Pero su labor no se limitó a la defensa de los derechos humanos. Toribio también se preocupó por la formación y educación de los nativos, promoviendo la creación de escuelas y la enseñanza del idioma español. Además, fundó la primera universidad en América Latina, la Universidad de San Marcos, con el objetivo de formar a líderes capacitados para servir a la sociedad.

Su labor evangelizadora también fue de gran importancia. Toribio recorrió incansablemente su diócesis, visitando pueblos y aldeas para sermonear y enseñar la fe católica. Su carisma y humildad lo convirtieron en un líder espiritual muy querido y respetado por su pueblo.

Además de su labor pastoral, Toribio también fue un hombre de gran sabiduría y diplomacia. Fue enviado en varias misiones por el rey de España para resolver conflictos entre los colonizadores y los nativos, y también para mediar en disputas entre los mismos colonizadores. Su habilidad para resolver conflictos y su compromiso con la justicia lo convirtieron en un mediador muy respetado.

Su legado no se limita solo a su labor en Lima. Toribio también fue un gran defensor de los derechos de los nativos en todo el continente. Participó en el Concilio de Lima en 1582, donde se discutieron temas relacionados con la evangelización y los derechos de los indígenas. Además, fue uno de los principales impulsores de la creación del primer seminario en el aprendiz Mundo, el Seminario de San Antonio superior en Cuzco.

Santo Toribio de Mogrovejo falleció el 23 de marzo de 1606, después de 26 años de servicio incansable a Dios y a su pueblo. Su legado sigue vivo en la memoria y corazones de los latinoamericanos, quienes lo consideran un ejemplo de santidad y compromiso con los más necesitados.

En 1726, Toribio fue beatificado por el Papa Benedicto XIII y en 1728 fue canonizado por el Papa Benedicto XIV. En 1983, el Papa Juan Pablo II lo declaró patrono del Episcopado Latinoamericano, reconociendo su importancia en la historia y evangel