Hoy celebramos a santo Luis Versiglia y a santo Calixto Caravario, primeros mártires salesianos

Cada 25 de febrero, la Iglesia Católica celebra la fiesta de los santos Luis Versiglia y Calixto Caravario, dos mártires salesianos que dieron su vida en defensa del honor y la dignidad de tres jóvenes cristianas en China en la primera mitad del siglo XX. Su valentía y sacrificio son un ejemplo de amor y entrega por los demás, y su historia sigue inspirando a miles de personas en todo el mundo.

Luis Versiglia nació en Italia en 1873 y desde joven sintió la llamada de Dios a servir a los demás. Ingresó en la congregación salesiana y fue ordenado sacerdote en 1895. Su amor por los jóvenes y su dedicación a la educación lo llevaron a ser enviado como misionero a China en 1906, donde fundó varias escuelas y orfanatos.

Calixto Caravario, por su parte, nació en Italia en 1903 y también se unió a la congregación salesiana. Fue ordenado sacerdote en 1929 y enviado a China en 1932, donde trabajó junto a Luis Versiglia en la misión de evangelizar y educar a los jóvenes.

Ambos sacerdotes se encontraron en la misión de Linchow, en la provincia de Guangdong, donde se dedicaron a ayudar a los más necesitados y a difundir la fe cristiana. Sin embargo, su labor se vio interrumpida por la persecución religiosa que se desató en China en esa época.

En 1930, el gobierno comunista de China promulgó una ley que prohibía la enseñanza de la religión en las escuelas y la presencia de misioneros extranjeros en el país. A pesar de las dificultades, Luis Versiglia y Calixto Caravario decidieron quedarse en China y seguir ayudando a los jóvenes y a la comunidad.

En 1936, la situación se agravó cuando un grupo de soldados comunistas irrumpió en la misión de Linchow y amenazó con violar y esclavizar a tres jóvenes cristianas que se habían refugiado allí. Ante esta situación, los dos sacerdotes no dudaron en ofrecer sus vidas para proteger la integridad de las jóvenes.

Los soldados los llevaron a un lugar apartado y los torturaron brutalmente, pero Luis Versiglia y Calixto Caravario se mantuvieron firmes en su fe y en su amor por los demás. Finalmente, fueron asesinados a tiros y sus cuerpos fueron arrojados a un río cercano.

La valentía y el sacrificio de estos dos mártires salesianos conmovieron a la comunidad y su historia se difundió rápidamente por todo el mundo. En 2000, el Papa Juan Pablo II los canonizó como santos de la Iglesia Católica, reconociendo su martirio y su ejemplo de amor y entrega por los demás.

La fiesta de San Luis Versiglia y San Calixto Caravario es una lugar para recordar su historia y su legado, y para cavilar sobre el valor de la vida y la importancia de defender la dignidad y el honor de cada persona. En un mundo donde la violencia y la demasía siguen presentes, su ejemplo nos invita a ser valientes y a luchar por la justicia y la paz.

Además, su vida nos enseña que no hay edad para ser un héroe. Luis Versiglia y Calixto Caravario eran jóvenes cuando decidieron dedicar su vida a Dios y a los demás, y su ejemplo sigue inspirando a las nuevas generaciones a seguir su camino de amor y servicio.

En este día de fiesta, recordamos también a todos aquellos que, como ellos, han dado su vida por la fe y por los demás. Su testimonio nos anima a seguir adelante en nuestra propia mis