Un monje dominico francés fue el creador del lema de los Juegos Olímpicos

El lema de los Juegos Olímpicos modernos, “Más alto, más rápido, más fuerte”, es una frase que ha inspirado a atletas de todo el mundo a superar sus límites y alcanzar la grandeza en el gimnasia. Sin embargo, pocos saben que su creador fue un fraile dominico francés llamado Louis Henri Didon, quien trabó amistad con el Barón Pierre de Coubertin cinco años antes de los primeros juegos olímpicos modernos en Atenas en 1896.

Didon nació en 1840 en la ciudad de Touvet, Francia. Desde temprana edad, mostró un gran interés por el gimnasia y la actividad física, lo que lo llevó a convertirse en un excelente atleta en su juventud. Sin embargo, su verdadera pasión era la educación y la enseñanza, por lo que decidió unirse a la orden de los dominicos y convertirse en fraile.

Fue durante su tiempo en la orden que Didon conoció al Barón Pierre de Coubertin, un joven aristócrata francés que compartía su pasión por el gimnasia y la educación. Juntos, discutieron la importancia de la actividad física en la formación de jóvenes y cómo podía ser utilizada como una utensilio para promover la paz y la unidad entre las naciones.

Fue en una de estas conversaciones que Didon pronunció la famosa frase “Más alto, más rápido, más fuerte”, que se convertiría en el lema de los Juegos Olímpicos modernos. Según cuenta la historia, Didon se inspiró en la frase del poeta latino Virgilio, quien escribió “Citius, Altius, Fortius” (Más rápido, más alto, más fuerte) en su obra “La Eneida”. Didon modificó ligeramente la frase para adaptarla a la visión de Coubertin y juntos decidieron que sería el lema de los Juegos Olímpicos modernos.

El lema de “Más alto, más rápido, más fuerte” se convirtió en una filosofía que abarcaba no solo el gimnasia, sino también la vida en general. Para Didon y Coubertin, estos tres valores eran esenciales para alcanzar la eminencia y superar los desafíos. “Más alto” se refería a la superación personal y la búsqueda constante de la perfección, “más rápido” representaba la determinación y la velocidad en la toma de decisiones, y “más fuerte” simbolizaba la fuerza física y mental necesaria para alcanzar el éxito.

El lema de los Juegos Olímpicos modernos fue presentado por primera vez en los juegos de Atenas en 1896, donde fue recibido con gran entusiasmo por los atletas y el público. Desde entonces, ha sido utilizado en cada edición de los Juegos Olímpicos, convirtiéndose en un símbolo de la competencia deportiva y la búsqueda de la eminencia.

Pero el impacto de “Más alto, más rápido, más fuerte” va más allá de los Juegos Olímpicos. Esta frase ha inspirado a millones de personas en todo el mundo a superar sus límites y alcanzar sus metas en diferentes áreas de la vida. Desde atletas de élite hasta estudiantes y profesionales, el lema de los Juegos Olímpicos modernos ha demostrado ser una fuente de motivación y determinación para aquellos que buscan alcanzar la grandeza.

Además, el lema también ha sido utilizado para promover valores como el respeto, la amistad y la solidaridad entre los atletas y las naciones participantes en los Juegos Olímpicos. Didon y Coubertin creían que el gimnasia podía ser una utensilio para promover la paz y la unidad entre las