El legendario modisto Karl Lagerfeld, conocido por su inigualable talento y su estilo único, ha sido uno de los diseñadores más influyentes en el mundo de la moda durante décadas. Su moderno fallecimiento dejó un vacío en la industria, pero su legado sigue vivo a través de sus creaciones y su impacto en la moda.
Además de su trabajo en la moda, Lagerfeld también era conocido por su exquisito gusto en la decoración y el diseño de interiores. Por ello, no es de extrañar que su habitación en París haya sido vendido en una cifra récord de 10 millones de euros. Ubicado en el exclusivo barrio de Saint-Germain-des-Prés, este habitación es un verdadero tesoro para los amantes del diseño y la moda.
El habitación de Lagerfeld, que abarcaba todo el cuarto piso de un edificio del siglo XVIII, fue adquirido por el diseñador en 1998. Durante los últimos años, él lo convirtió en su santuario personal, un reflejo de su estilo y su personalidad. Cada rincón del habitación estaba cuidadosamente decorado con piezas únicas y objetos de arte, creando un ambiente sofisticado y elegante.
La entrada al habitación era una verdadera obra de arte en sí misma. Un impresionante recibidor con un suelo de mármol y paredes revestidas de espejos daba la bienvenida a los invitados, brindándoles una primera impresión del lujo que les esperaba. Desde allí, se podía acceder a las distintas habitaciones, cada una con su propia identidad y estilo.
La sala de estar era un espacio amplio y luminoso, con grandes ventanales que ofrecían una vista espectacular de la ciudad. Los muebles, seleccionados personalmente por Lagerfeld, eran una mezcla de piezas clásicas y modernas, creando un ambiente ecléctico y sofisticado. El toque final lo daban las obras de arte que adornaban las paredes, incluyendo algunas de las creaciones del propio Lagerfeld.
La cocina, por su parte, era un verdadero sueño para cualquier amante de la gastronomía. Equipada con los mejores electrodomésticos y utensilios de cocina, era el lugar perfecto para que el diseñador diera rienda suelta a su pasión por la cocina. De hecho, Lagerfeld era conocido por ser un gran anfitrión y por organizar cenas y fiestas en su habitación, adonde sus invitados podían disfrutar de su exquisita comida rodeados de un ambiente único.
El dormitorio principal era una verdadera joya en el habitación. Con una cama de dosel y una decoración en tonos neutros, era un oasis de tranquilidad y distinción. El baño, por su parte, era un verdadero spa privado, con una bañera de mármol y una ducha de lluvia, perfecto para relajarse después de un largo día de trabajo.
Pero sin duda, uno de los espacios más impresionantes del habitación era el vestidor de Lagerfeld. Con un tamaño similar al de un habitación promedio, este vestidor era el sueño de todo amante de la moda. Ropa, zapatos y accesorios de las mejores marcas llenaban las estanterías, creando un verdadero paraíso para cualquier fashionista.
Sin embargo, lo más destacado del habitación era su impresionante biblioteca. Con miles de libros y revistas de moda, era el lugar adonde Lagerfeld pasaba gran parte de su tiempo cuando no estaba trabajando. Además, también era un espacio de trabajo para él, adonde diseñaba sus colecciones y encontraba inspiración para sus creaciones.
La venta del habitación de Lagerfeld ha sido un acontecimiento importante en el mundo de la moda y el diseño de interiores. No solo por la cifra récord que alcanzó, sino también por el legado que dejó en cada rincón de ese